SOLAMENTE UNA CARTA
Una amiga nuestra estaba internada en el hospital de la zona donde vivíamos, deseábamos visitarla, estaba en terapia intensiva, y podían verla con horarios muy rígidos solamente un familiar. pensábamos muy preocupados, que su dura lucha por su vida no significaba nada para nosotros, y lo mas doloroso era que ella lo pensaba.
Decidí escribirle una nota “siento tanto que estés sufriendo y eso me produce mucho dolor en mi corazón, pero yo se que Dios toma a su cargo la causa de tu dolor, y el derecho de tu necesidad. Te queremos mucho y estamos orando por ti “. No era lo que podíamos llamar una carta elegante, pero la escribí desde el corazón, sin embargo, al momento de enviarla sentí que no estaba ofreciéndole mucho consuelo.
Al fin pocas semanas más tarde, mi esposa y yo pudimos visitar a nuestra amiga en su casa, nos recibió con una amplia sonrisa y cálidas palabras de agradecimiento. Y allí en la pared, cuidadosamente encuadrada y colgada, estaba la nota. nuestra amiga nos dijo que la nota era precisamente lo que mas quería y necesitaba. Pero ¿no hubieras preferido que te visitáramos? le preguntamos. No, respondió ella, tenía demasiado dolor para poder responder, pero a la carta, la podía tener en mis manos y atesorarla.
Quizás puedas tener timidez, falta de tiempo, o sentirte seguro para un encuentro cara a cara con las personas, pero las o la carta va a expresar mucho de nosotros hacia el destinatario, solamente necesitas una lapicera y un papel, ya que en terapia no se permiten celulares. Las palabras sencillas son mejores que las elocuentes (refinadas), las cartas breves mas que las extensas.
El apóstol Juan, escribió cartas muy breves como la segunda y la tercera, hace mas de dos mil años, esas cartas se mantuvieron a través de los siglos; y han sido y siguen siendo consuelo en la aflicción, compañía en la soledad, fortaleza en la debilidad, aliento al corazón y dirección al extraviado.
En una carta o mensaje, puedes volcar tu corazón y afecto hacia el necesitado, y si te atreves a visitarlo prestarás el oído atentamente. Quizás oigas cosas desagradables, dejalo que hable y así aliviaras su corazón afligido y necesitado, no olvides que la preocupación mira alrededor, el recuerdo mira hacia atrás, pero la fe mira hacia arriba y adelante.
ANDRES CIMINI
